El Museo

Museo ubicado en el antiguo palacio del Marqués de Menahermosa (siglo XVIII), declarado Bien de Interés Cultural por la Ley de Patrimonio Histórico de 1985, está dedicado íntegramente a la exhibición de la colección arqueológica procedente de la necrópolis de El Cigarralejo. A través de un recorrido de diez salas, se exponen 80 ajuares funerarios completos ordenados cronológicamente. Simultáneamente, cada una de ellas está dedicada a uno de los principales temas socio-culturales del mundo ibérico.

EL YACIMIENTO

El Cigarralejo se encuentra a unos 4 km. de la ciudad de Mula, en la margen derecha del río homónimo, sobre el extremo septentrional de una cadena montañosa orientada en dirección SO-NE. Presenta la particularidad de tratarse de uno de los pocos asentamientos ibéricos en los que se conocen simultáneamente el poblado, la necrópolis y el santuario. Ubicado en un cruce de caminos que enlaza con otras estaciones ibéricas del entorno, como el Cabezo del Tío Pío (Archena) o Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla), vía Yéchar. Por esta vía pasa una antigua calzada romana que une a todas ellas con la Alta Andalucía, sureste meseteño y costa levantina.

Emeterio Cuadrado descubrió de forma casual el santuario en 1945, procediendo a su excavación entre 1946 y 1948. Su privilegiada situación en lo alto de una muela rocosa, le confiere un carácter de defensa natural, a la vez que domina toda la zona. Se trata de un edificio singular que complementaría al poblado en sus funciones políticas, administrativas y religiosas. De 29 x 12 m., consta de un pasillo central a lo largo del que se articulan una serie de dependencias, realizadas con muros de mampostería de diversos grosores, adaptadas perfectamente a la topografía del terreno. Realizado en un mismo periodo, posiblemente en el s. IV a. C., estando en uso hasta el s. II a. C., cuando fue abandonado tras sufrir un incendio, no sin antes ocultar ritualmente, debajo de un muro de la habitación H.11, un conjunto de exvotos u ofrendas. La mayoría de ellos son pequeñas tallas de piedra arenisca en forma de équidos, bien individuales o en parejas de yegua con potro o yuntas, algunos ricamente enjaezados. No faltan representaciones humanas, masculinas y femeninas, en bulto redondo y actitud recogida. El estudio pormenorizado de estos exvotos ha permitido ahondar en el conocimiento de los atalajes de los caballos, de la indumentaria ibérica, así como apreciar diversas manos artesanales.

En las faldas de la mencionada muela, se asienta la necrópolis, con una superficie aproximada de 1940 m2. En ella E. Cuadrado descubrió 547 enterramientos ibéricos, encuadrados cronológicamente entre los inicios del s. IV y el I a. C. Las campañas fueron realizadas entre 1948 y 1988, momento en el que agotó la parte de terreno que era de su propiedad, dejando para futuras intervenciones, unos 800 m2. Las sistemáticas excavaciones han permitido tener un conocimiento de la religiosidad y del ritual funerario ibérico en el área Mula-Segura, en el que una buena parte de las fosas, en donde se depositaban a los difuntos, una vez cremados en la pira o ustrinum, junto a su “ajuar funerario”, eran cubiertas con un empedrado tumular de forma cuadrangular y diverso tamaño, en base al status social del fallecido. Otra característica de esta necrópolis es la presencia de monumentos escultóricos pétreos del tipo Pilar-Estela, colocados encima de algunas de las tumbas más antiguas, esculturas que son destruidas en la segunda mitad del s. IV a. C. por causas aún por definir.

Los ajuares recuperados son muy variados, estando básicamente compuestos por herramientas y útiles empleados en la vida cotidiana como recipientes cerámicos, aperos de labranza, o relacionados con la industria textil y el curtido de las pieles; objetos de adorno y de prestigio y armas. El estudio de todos ellos nos aproxima a como fue la actividad diaria en el poblado, del que aún hoy se aprecian en superficie, el trazado de los muros de las viviendas y restos de la muralla que debió de protegerlo en caso de peligro, pero a falta de que se realicen las pertinentes excavaciones arqueológicas que nos permitan tener una visión global de este interesante conjunto ibérico.